Como Hijos de la Luz, tenemos varias relaciones con la Fuente Suprema – con Dios. Nos da diferentes oportunidades de desarrollo, en momentos igualmente diferentes. Dependiendo de las condiciones en las que Dios nos coloca, como buen educador, nuestra comprensión varía de un momento a otro. Por último, se trata de hacer el mejor uso de estas condiciones para trabajar, para ser más fraternales, mejor.
Para entrar en el Reino de los Cielos, primero debemos ser salvos, es decir, ser liberados de los malos actos, de las condiciones que impiden que nuestra alma, intelecto y corazón se desarrollen. Nosotros, que hemos sido salvados por Cristo, somos liberados de las malas condiciones y colocados en mejores condiciones, en las que nuestro desarrollo es posible. Depende de nosotros trabajar en nosotros mismos, aprovechando las experiencias, el conocimiento adquirido, de lo contrario el hecho de ser salvado será inútil.
Nuestro desarrollo, nuestro progreso depende del uso adecuado que debemos hacer de la Luz y la Gracia Divina.
El salvamiento conduce a la libertad, y nosotros, que hemos sido salvados por Cristo, somos libres gracias a El.
En cada uno de nosotros está incluida la verdadera vida – nuestra alma – que está vinculada con la Fuente de toda la vida. Esta vida superior, esta chispa divina, es ella quien constantemente suspira y se rebela, buscando siempre un nivel más alto. Es ella quien estimula el progreso y lo pone en movimiento. Cuando las condiciones interfieren con su expresión, su progresión natural, no somos libres. Por el contrario, somos libres cuando esta poderosa vida oculta del alma está en las circunstancias de la evolución y el progreso. Es decir, somos libres después de ser salvados. Siente un hombre internamente que su alma está en unión con el Creador, es entonces que es salvo. El mal es un obstáculo para salvar; el que hace el mal no puede ser libre, y es por eso que el apóstol Pablo dice que “Cuando somos salvos, estamos libres del mal.”
Las señales se envían para hacernos saber si somos libres o no. Estas señales son los sufrimientos. Nos dicen que nuestras vidas deben cambiar, deben transformarse.
Beinsa Douno.