46 – Tú te sientes descontento de la vida, dices que la Tierra es un lugar de martirios y sufrimientos y piensas que quizá en el otro mundo se esté mejor que en éste. Mas te digo: ¡Alégrate que estás aquí y puedes estudiar! Cuando dejes la Tierra, también te podrás alegrar de las nuevas condiciones que se te presentarán. ¿Acaso no es bello ser un perpetuo viajero entre dos mundos? Dios trabaja sobre la Tierra. Ella contiene riquezas inagotables y, sin embargo, dices que es un lugar de sufrimientos y de llantos. Si quieres llegar a ser un discípulo, la primera cosa que se te exigirá habrá de ser que te sientas contento con lo que tienes, pero, como no te conformas fácilmente, dirás qué el contento priva al hombre de las condiciones para desarrollarse. ¡Así comprendes las cosas! El descontento es un libro escrito, pero eso no significa que el libro escrito tenga condiciones para desarrollarse. Quien lo lee tiene tales condiciones, pero no el libro mismo. Debido a tu erróneo pensamiento, muchas cosas se han escrito para ti y que, tú no has sabido aprovechar. Si pudieses leer obtendrías mayores condiciones para tu desarrollo. Te repito: ¡Conténtate de todo! Si no puedes alegrarte de una gota de agua, de una piedra, de un arroyo, de un rayo de Sol, de una fruta sabrosa, ¿de qué te alegrarás? Si no te alegras de las cosas pequeñas, no podrás tampoco alegrarte de las grandes cosas. Si no te alegras de lo que este mundo te ofrece, ¿cómo te alegrarás de los dones del otro mundo?
Si en este mundo no logras hallar la puerta que conduce a Dios, tampoco la hallarás en el otro mundo. Si estás aquí, es para que procures hallarla.
47 – Muchos piensan que cuando lleguen a aquel mundo alcanzarán grandes conocimientos; pero, si no aprendieron las lecciones que les enseña la vida en este mundo, en el otro seguirán siendo tan ignaros como en éste y tendrán que volver, al cabo de cierto tiempo, en procura de las experiencias y conocimientos que no supieron aprovechar oportunamente. Quien no aprende aquí la ciencia del dolor y la alegría, no podrá gozar de los dones del mundo espiritual.
Beinsa Douno.