El Bien.

Cuando ayudan a otros, se están ayudando a ustedes mismos.

El Bien.

Durante la caminata matutina el Maestro dijo:

Aquellos que realizan buenos trabajos están conectados con los Seres Sublimes.

Si alguien realiza buen trabajo, pero se dice y cree que lo hizo porque es una buena persona, no estará en lo correcto. Por el contrario, debe pensar que lo bueno fue hecho por Dios actuando a través de él. Ustedes deben hacer el bien por Dios, y no por el que dirán de las gentes. Ustedes deben hacer el bien sin esperar nada en retribución.

Somos buenos solamente porque lo Divino que habita en nosotros es bueno.

Cuando hacen el bien no deben hacerlo como un favor personal, siendo parciales, sino que deben hacerlo para todos, para Dios. Libérense de las parcialidades.

Algunos me dicen que no saben cómo actuar correctamente. Cuan do no son bien recibidos piensan que los demás no deberían comportarse así para con ellos. Yo les digo que actúen hacia los demás como ellos querrían que los demás actúen hacia ellos, y entonces serán bien recibidos.

El mal opera en lo fraccionario, mientras que Dios lo hace en el alma. En otras palabras: el mal nació de nuestra separación de Dios. Dios ha enervado al mal desde su concepción. El mal es estéril, el no produce ningún fruto.

La Ira de Dios se refiere a que, en su separación, los seres humanos han levantado una pared entre ellos y Dios, motivo por el cual ellos no pueden recibir las bendiciones de Dios. En su error, los seres humanos han creado una nube oscura, una obstrucción entre ellos y Dios.

El bien que ustedes hacen equivale a sembrar un campo. Siembren a fin de poder cosechar. Cuando saquen el trigo del granero, espárzanlo en el campo. No será olvidado. Producirá y llenará su granero nuevamente. En este mundo, Dios no deja que el menor bien quede sin bendiciones.

Ustedes no pueden llevarse nada de este mundo hacia el Mas Alla, excepto el bien que han hecho. El bien que han realizado volverá a ustedes. Recuerden: cuando ayudan a otros, se están ayudando a ustedes mismos.

Si ustedes fueron al manantial y le dan un vaso de agua a una persona, y luego a otra, y a muchos más, ustedes no deben hablar acerca de lo que han hecho, sino que deben solamente alegrarse de haber compartido su abundancia.

Algunos se preguntarán a donde los llevará este comportamiento. Si ustedes riegan un árbol frutal, este les dará fruta, ¿no es cierto? Este es el Orden Divino, y dentro de este Orden, toda la Vida se halla organizada. En otras palabras: ustedes no necesitan arreglar nada. Ustedes solamente necesitan hacer la voluntad de Dios.

Beinsa Douno.

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