El presente de tu existencia.

El hombre en la tierra tiene la tarea de aprender.

El presente de tu existencia.

Si no intentas   volverte poco a poco perfecto, a través del conocimiento y la aplicación, no serás capaz de purificarte, levantarte y adquirir la libertad a la que aspira tu alma. La mayoría de los seres humanos de hoy en día todavía viven en su pasado, en el invierno de sus vidas; deben acceder a la primavera -el presente de su existencia- y así rejuvenecerse a sí mismos, renovarse.  

El rejuvenecimiento sólo puede lograrse si se coordinan las fuerzas de la vida interior y las de la vida exterior. Si no, el ser comenzará a moverse hacia la vejez bajo la influencia del planeta Saturno, que ahora es retrógrado. Después de pasar por el hemisferio superior del círculo en su juventud, ahora descenderá al hemisferio inferior del círculo, en el otoño y el invierno.

Uno no obtiene adquisiciones espirituales beneficiosas a través de acciones del plano físico; la elevación espiritual requiere esfuerzo y conocimiento espiritual. El que no observa estas reglas y que mezcla las corrientes físicas y espirituales, inevitablemente se vuelve rudo y grosero y pierde la sensibilidad necesaria para capturar interiormente las altas vibraciones de la mente.

En esta atmósfera, el ser humano también está constantemente influenciado por corrientes que le aportan nuevas energías o que, por el contrario, lo debilitan. En el mundo físico, muchos seres de un bajo grado de evolución toman su energía de otros seres humanos con un estado de vida superior al suyo.

En este mundo de cambio continuo, donde todo se polariza, no puedes, sin importar lo que hagas, liberarte de las bajas influencias. Pero, al mismo tiempo, hay corrientes de fuerzas más altas y más positivas, que vienen de arriba y del sol. Por lo tanto, vuestra salvación es aseguraros mediante un vínculo consciente y directo, el poder de capturar estas energías celestiales positivas, y así recargaros con la luz y las fuerzas necesarias para vuestro trabajo de progreso físico y psíquico.

Para este intercambio inevitable, para dar y recibir, es obvio que un mejor conocimiento de nuestro entorno, de nuestro prójimo es útil; ¡así como es útil conocerse íntimamente, analizarnos constantemente, porque hoy no somos tan iguales como lo éramos ayer!

El hombre en la tierra tiene la tarea de aprender a ayudarse a sí mismo y a sus seres queridos. En la vida, es un viajero que debe tener en su bolsa unas herramientas variadas, lo más completas posible. ¿Qué es esa bolsa? – Es su cabeza, en la que establece su saber y lleva sus conocimientos.

Beinsa Douno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *