Sólo el genio, el santo y el Maestro pueden ser humildes. Son cimas que capturan las energías del mundo alto y las dirigen a los valles de la vida. Son conscientes de que son muy elevados, sin las energías del mundo superior, son sólo picos fríos desnudos y sin iluminación.
El hombre debe trabajar en sí mismo para adquirir humildad. Tiene que estar listo para volver a ponerse de pie. No puedes convertirte en un gran hombre si no eres humilde.
El hombre necesita humildad para saber qué trabajo es para él y cuál no.
Los hombres deben trabajar conscientemente sobre sí mismos para ser humildes naturalmente y no por la fuerza.
«Dios está en contra de los orgullosos, y bendice a los humildes.»
Dios es benevolente hacia las pequeñas formas, pero destruye a aquellos que quieren abrazar al mundo entero. Es una ley que puedes consultar en tu vida diaria.
La humildad es un jardín del paraíso. El que no es humilde no tiene paraíso en sí mismo.
El que quiere entrar en el reino de Dios debe llegar a ser humilde, debe ser como un niño.
Beinsa Douno.