Eres pobre?

De ti dependen tu riqueza y tu nobleza.

Eres pobre?

Tú dices que eres pobre. No, no eres pobre. Restablece el vínculo destruido y la riqueza fluirá hacia ti. De ti dependen tu riqueza y tu nobleza.

Cuando prometas algo, cúmplelo, no lo postergues. Así aprenderás a aprovechar los momentos, porque cada momento trae sus dones y riquezas. Cuando el hombre no cumple su promesa, comienza a disculparse buscando las causas fuera de sí mismo. Pero las disculpas no le ayudan; cada incumplimiento muestra el vínculo roto entre las dos conciencias.

Restablecer el vínculo entre las dos conciencias significa restablecer el vínculo entre la mente, el corazón, el alma y el espíritu. Cada perturbación se debe a la interrupción de este vínculo.

Cuando te levantes, cada mañana, haz el siguiente ejercicio: Eleva tu mente hacia Dios, diciendo: «Señor, ayúdame a establecer el vínculo entre mi conciencia inferior y mi conciencia superior». Medita cinco minutos sobre este vínculo y comienza a trabajar. Por la noche, antes de acostarte, agradece por la ayuda recibida durante el día y vuelve a meditar sobre la fuerza que radica en este vínculo. N o debes esperar grandes resultados, de golpe. Alégrate, así hayas logrado un resultado ínfimo. La fuerza consiste en la unión y no en la separación. Sólo con la conciencia personal no lograrás nada, así como tampoco lograrás nada sólo con la conciencia superior. Pero, ambas conciencias unidas constituyen una gran fuerza.

¿Qué representa la divina conciencia? Representa altura; o sea, una alta cima en la montaña. ¿Qué representa la conciencia habitual? El llano. Para que el llano aproveche los dones de la montaña, entre ellos debe haber un vínculo mediante el cual las energías de la altura desciendan a la planicie.

  El agua corre de arriba hacia abajo y no al revés. La conciencia humana es la matriz en la que se realizan todas las posibilidades, pero en la conciencia divina se ocultan las condiciones para la realización.

Sabemos que hay una ciencia para el estudio de las formas vivas y que hay otra ciencia que se ocupa de las formas muertas. Frecuentemente los hombres caen en estas mismas categorías: la categoría de las formas vivas o de las formas muertas. Cuando alguien se desalienta cuando pierde la disposición de su espíritu, cae preso de las formas muertas; en cambio, cuando se anima y recobra el sentido de su vida, se eleva hacia las formas vivas.

Cuando tú te encuentras en medio de la Naturaleza en un tupido y verde bosque, respirando aire puro y refrescarte, te Sientes alegre y tienes ganas de vivir. Opuestamente, si te encuentras en un lugar cubierto de huesos humanos, tu animo desaparecerá, te tornarás apesadumbrado, pensativo y disconforme de la vida. Así, el hombre se alegra ante todo lo que irradia vida y se entristece por todo aquello que le recuerda la muerte.

Los hombres necesitan una nueva manera de ver y comprender las cosas, a fin de distinguir lo substancial de lo no substancial. La Naturaleza hace un esfuerzo para cambiar las condiciones, para transformar la vida de los seres humanos y para disminuir sus sufrimientos. Las perturbaciones que se producen en ella tienen el propósito de cambiar la dirección en que se mueven los hombres a fin de que puedan ser felices.

La felicidad se puede obtener por muchos caminos. Muchas líneas llevan al hombre a la felicidad. Estas líneas se llaman «líneas vivas de la conciencia». Por medio de ellas se estudian las divinas leyes que actúan en la vida humana. Fuera de es las líneas vivas, el hombre tropieza con líneas muertas, las que son residuos de la vida y constituyen el objetivo de la ciencia muerta.

Peter Deunov.

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