Estudiar al ser humano

¿De qué nos sirve estudiar matemáticas, química, filosofía o arte, sino estudiamos cómo somos realmente? Estudiar nuestros pensamientos, sentimientos y actos, ha se ser nuestra primera asignatura.

Estudiar al ser humano

El Reino de Dios, por lo tanto, debe introducirse primeramente en la cabeza de los seres humanos como inteligencia, como luz; luego entrará en el corazón como sensación, como amor, y finalmente descenderá al plano material, donde se manifestará como abundancia y paz. Eso es posible y yo trabajo para ello. Aunque, ciertamente, hay muy poca gente que me comprende; la mayor parte sigue con sus viejos conceptos del pasado, diciendo: «Es imposible, nunca se podrá cambiar al hombre, y mirad, ahí están las pruebas… » Y me muestran todos los acontecimientos que se producen en el mundo. Evidentemente, también yo los veo, y sé mejor que nadie que si este estado de cosas se mantiene, el Reino de Dios jamás podrá venir. Pero si se acepta la filosofía de los Iniciados, todo resulta posible.

Esta filosofía de los Iniciados se basa únicamente en el conocimiento del ser humano. Creemos que le conocemos pero en realidad no es así, y, por ello, todos los medios que se encuentran para resolver los problemas no son más que paliativos. Se tiene la impresión que los problemas están resueltos, pero he aquí que poco tiempo después, esas «soluciones» ocasionan otros inconvenientes. Mirad lo que ocurre en medicina: a menudo al curar un mal, se ocasiona otro. Y la educación… con todas las mejoras que se producen en las escuelas, ¿acaso los niños saben encauzarse mejor en la vida? No; la educación es defectuosa porque ignora la estructura del ser humano.

Por eso siempre he dicho que la única ciencia que se debería estudiar y profundizar verdaderamente es la ciencia del ser humano. Sí, debería ser el centro, y todas las demás: la física, la química, la mecánica, la astronomía, la biología… deberían servir a esta ciencia que ha sido abandonada a su suerte. Diréis: «Sí, pero la anatomía, la fisiología, ¿no sirven para nada?» Son bases necesarias, naturalmente, pero no nos enseñan lo que realmente es el ser humano en su totalidad.

Omraam Mikhaël Aïvanhov

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