La felicidad.

"Pedid y se os dará".

La felicidad.

49 – La felicidad surge de ese vínculo interno con Dios, que es el amor. Entonces, no vaciles, trabaja sobre ti mismo para hallar el camino que conduce a Dios. No debes pensar que el Mundo divino habrá de privarte de los dones de la vida. No sólo puedo asegurarte que no los perderás, sino que afirmo que habrás de obtener el doble. «Pedid y se os dará». ¿Cuándo? Cuando se comprenda la ley del amor. Si cuentas con esta ley y no obtienes lo que esperas, es porque algo no está cumplido. No has entrado por la puerta del bien que conduce al amor. Sólo aquí encontrarás abundancia para el corazón, la mente y el alma. Se dice que el amor crea la vida. Por lo tanto, la vida en su más alta manifestación no se puede apreciar, sin una profunda comprensión del amor.

50 – Cada desvío del camino trae sufrimientos y sacudidas. Si penetras en la ley del amor y luego retrocedes, perderás las fuerzas que la ley contiene. Cuando se trata de sufrimientos, torturas y privaciones, todo ello pertenece al orden humano. Prueba lo divino para ver qué es lo que te ofrece.

51 – El desarrollo del hombre depende de su comprensión hacia el mundo divino. De ello depende hasta qué grado aprovechará las condiciones del mundo material. Si no vive bien en este mundo, tampoco vivirá bien en el otro. Por consiguiente, primero habrá de ajustarse al mundo físico, luego al mundo real y, por último, al mundo ideal.

52 – ¿Cuál es el sentido de nuestra vida actual? Dirás que consiste en ver y conocer a Dios. Si piensas que lo puedes ver externamente, eso es incomprensión. Lo importante es probar el amor que trae la vida eterna. Siendo así, para ver a Dios debes obtener la vida eterna, que es como si dijésemos que debes salir del reino de la muerte y penetrar en el reino de la vida. Las Escrituras dicen: «Vida eterna es conocerte a ti, el único y verdadero Dios».

    53 – Tú esperas que el Reino se implante primero en el mundo y luego en nosotros, pero la ley es opuesta a este principio. El Reino divino ha de imperar primero en cada hombre y luego en el mundo. ¿Acaso, la planta no recibe primero la luz del Sol y luego extrae los jugos de la tierra? La cantidad de jugos extraídos corresponde proporcionalmente a la cantidad de luz recibida.

Beinsa Douno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *