La gran escuela de la vida.

Las pruebas sacan al hombre de las situaciones fáciles

La gran escuela de la vida.

Una de las cualidades de la gran escuela de la vida, la escuela de la gran familia o la escuela divina, es que cualquier de estas enseñanzas, nos someten a pruebas.

¿Cómo hace una ama de casa que quiere hacer pan? ? Ella toma una cantidad de harina que ella tamiza cuidadosamente. Ella añade agua a la harina y comienza a amasarla. Luego pone levadura en la masa y la amasa de nuevo antes de dejarla en un cálido derecho para que se eleve. Sin agua, las partículas de harina permanecerían diseccionadas, minadas; en este caso, el agua es el elemento indispensable de la cohesión.

La misma ley también se aplica a los pensamientos y sentimientos humanos, que deben unirse para ser constructivos.

¿Están separados, no relacionados entre sí, que permanecen en vano. Es decir, para hacer un cierto trabajo, los pensamientos y sentimientos deben ser armonizados porque sin unidad, son similares a las partículas de harina que el viento más mínimo puede llevar. Las piedras preciosas adquieren su verdadero cuadro de valores sólo si son sacadas de las condiciones en las que la naturaleza las ha colocado; es al darles forma, al trabajarlos, que reflejan su auténtico valor. Por lo tanto, cada cosa adquiere un cierto valor cuando se extrae de sus condiciones ordinarias. Cuando los humanos comienzan a manejar sus condiciones habituales, sufren, pero luego tienen la oportunidad de desarrollarse. Es bueno que cada ser cambie voluntariamente de condiciones; si no lo hace voluntariamente, el sufrimiento lo obligará a hacerlo. Los peces no cambiarían la condición de vida, si el anzuelo o la red de los Seres Superiores no lo extrajera de su condición común para obligarlos a trabajar. Las pruebas sacan al hombre de las situaciones fáciles que lo hacen perezoso y lo ponen en el trabajo.

Todos los seres de hoy aspiran a un ideal. Todo el mundo quiere lograr algo: para algunos, lo ideal es encontrar la felicidad, otros quieren mejorar. Pero sea cual sea el ideal que el ser humano tenga, su primera tarea es cumplir la voluntad de Dios. Es en esto que encontrará la clave de la vida.

El que cumple la voluntad divina se beneficia de algo nuevo. Al observar la vida de los seres, descubres que aquellos que obedecen sólo sus creencias, difieren radicalmente de aquellos que se obedecen la voluntad de Dios. La forma en que el hombre alimenta le influencia. Por ejemplo, el niño atrae diferentes cualidades dependiendo de la leche con que se alimenta. Todos los niños alimentados con leche materna se parecen a su madre. Por «leche materna» me refiero a esta leche que contiene las cualidades del amor; también me refiero a la leche de la Palabra. Este que se alimenta con dicha leche se convierte en un hombre de verdad. El alma se alimenta con la leche de la Palabra y, como resultado, contiene las cualidades de esa leche. Cuando cito el versículo «La verdad os hará libres», tengo en mente la presencia de la Palabra del Espíritu divino en el alma humana. Sólo el que lleva la Verdad en él puede ser libre; y donde está la Verdad, también están el Amor y la Sabiduría.

Beinsa Douno.

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