La Guerra.

Esto no sucede por la Voluntad de Dios.

La Guerra.
Hoy, durante la conversación vespertina, surgió una pregunta. Varios hermanos y hermanas compartieron sus opiniones.
 
El Maestro dijo:
 
¿Que es la guerra? Es la ira de Dios hacia sus hijos desobedientes. En otras palabras, cuando las gentes cometen muchos crímenes, Marte recibe el poder de comenzar una guerra. O sea que el karma acumulado es pagado a través de los sufrimientos de la humanidad.
Algunas personas consideran que es imposible renunciar a su padre y a su madre y a si mismos a fin de servir a Dios tal como Cristo lo mandó. ¿No les es ahora requerido por ley renunciar a sus familias, padre, madre, esposos e hijos, a fin de ir a la guerra?
Si la gente rehúsa hacer sacrificios voluntariamente, ellos serán forzados a hacerlo por poderes externos. Todos pueden ver la catástrofe que se avecina, pero no todos saben cómo evitarla. Durante siglos, fuerzas mecánicas inconscientes se han ido acumulando como inundaciones detrás de un dique. La presión es tan grande que la catástrofe es inevitable. Pronto el dique cederá. La energía que se ha acumulado dentro de las personas oculta un gran peligro. Hasta ahora esta energía no ha sido utilizada. En el pasado y en el presente, ha habido gente que ha demostrado gran crueldad. En el presente millones de personas se están convirtiendo en víctimas de la locura humana. Y luego se buscará una justificación en causas externas.
Cantidades enormes de gas, aceite y otros recursos son gaseados en las técnicas modernas de la guerra en el aire, el mar o la tierra. La Naturaleza tiene límites estrictos acerca de cuanto de estos recursos pueden ser usados. Ella penaliza severamente a aquellos que se exceden en el derroche. La humanidad pagara las consecuencias del derroche de combustibles.
Ciudades sin protección están siendo bombardeadas. Escas guerras no tienen precedente atacar una ciudad con dos mil aviones con bombas de alto calibre. Nadie tiene el derecho de quitarle a un ser humano aquello que Dios le ha dado. Si ustedes tienen una ventana a través de la cual pueden ver la Luz de Dios, nadie tiene el derecho de privarlos de esa Luz.
Cuando dos hermanos se pelean y se tiran del pelo, no es porque el padre o la madre lo deseen. Cuando las naciones pelean, esto no sucede por la Voluntad de Dios.
Existe la tendencia a justificar las guerras ideológicamente diciendo que es por el bien de una nación. Pero ¿que lograron aquellos que combatieron en el pasado? Egipto, Siria, Babilonia y Roma eran grandes naciones. Ellos lucharon, pero ¿que consiguieron? Nada.

Hay un pequeño grupo de fabricantes de armas que declaran guerras. Tan pronto como las armas han sido usadas, llega la paz. Tras esto se retoma la producción de armas, a pesar de que esto haga que millones de personas se conviertan en carne de cañón.

La gente dice: «que no haya más guerras» pero aun así las guerras son el resultado de las acciones de la gente. Nosotros decimos, «a fin de que no haya más guerras, las gentes deben superar su codicia». Mientras que las gentes no obedezcan la Ley Divina, las guerras continuarán existiendo. Si obedecen la Ley Divina, nunca más habrá combates.

Beinsa Douno.

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