La naturaleza.

La naturaleza es resonancia de Dios.

La naturaleza.

40 – El rasgo predominante de un hombre debe ser su comprensión interna. Por consiguiente, podemos decir que hombre es aquel que comprende ciertos designios superiores y los acata. A partir de esta comprensión, le será dado resolver muchos de sus problemas más difíciles. Si, por el contrario, no los comprende ni se somete a ellos, tropezará con eso que los hindúes denominan «karma» y nosotros solemos llamar destino o malas condiciones en la vida. Presta atención a esto que estoy diciendo, lo que se puede reducir a un pequeñísimo punto en el que puede caber la punta de la aguja más aguda. Recuerda que en determinados momentos de la vida el hombre se vincula con el Mundo Inteligente, hacia el cual debe abrir su mente y corazón a fin de captar y comprender los pensamientos que llegan a él. Si no logra comprender esos mensajes, no le será posible captar nada en profundidad. Esto tiene relación con los sufrimientos. En ellos se oculta un divino pensamiento y un gran beneficio. Por lo tanto, trata de comprender el divino pensamiento que reside en el sufrir. Si esto haces, te sentirás aliviado; de lo contrario, el estado de tu alma será de pesadumbre, lo que te impedirá sortear los golpes que asesta el sufrimiento de continuo.

41 – Las manifestaciones humanas no son algo que correspondan al azar, pues están vinculadas con la naturaleza y son resonancias de sus leyes. Por ejemplo, el deseo de ser fuerte es un impulso natural. Lo importante es saber qué fuerza se tiene y cuánto se puede resistir. Tú puedes creerte muy fuerte, pero si no puedes disponer de tu fuerza cuando ella te es más necesaria, demostrarás que tal fuerza es ilusoria. Del mismo modo, si has alcanzado ciertos conocimientos debes disponer de ellos en todo momento, de lo contrario, no te servirán de mucho y sólo demostrarás que posees conocimientos aparentes.

Ese conocimiento que deseas tener, así como la fuerza que anhelas, son impulsos de la naturaleza. Sabiendo esto, es preciso estudiada para conocer sus leyes y el camino que indica. Así como el hombre es resonancia de la naturaleza, la naturaleza es resonancia de Dios.

Beinsa Douno.

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