¿La pureza es?

La primera condición absoluta para adquirir la vida divina.

¿La pureza es?

Hacer buenas y hermosas explicaciones de todo lo que te sucede a ti, a todos los fenómenos de la vida. Cuando me dicen que alguien está llorando, no me detengo ante el propio ser humano que llora, pero digo que fuera llueve y que esta lluvia regará las flores en el jardín de este humano para alegrarse. Cuando me dicen que alguien es gozoso, entiendo que el Sol ha resucitado para este humano y que las flores de su jardín florecen y exudan olores agradables.

Trate de reemplazar las imágenes negativas por unas imágenes hermosas y puras para preservar la pureza de su conciencia.

Ahora, cuando hablamos de pureza, aparece un peligro, el de considerar sólo un aspecto, para pensar sólo en la pureza externa. Si un joven perezoso, no queriendo trabajar, sólo aspira a la pureza exterior, le pedirá a su padre todos los días dinero para comprar ropa nueva, zapatos, perfumes, peines y cepillos con el único propósito de complacer a las jóvenes. De esta manera, se arruinará a sí mismo, también arruinará a su padre, pero no logrará su objetivo. Las chicas lo verán bien vestido y limpio todos los días, pero habrá algo extra que será la causa de lo que no les gusta. No lo ven como el verdadero hombre. No se puede prescindir de la ropa, pero no es el hábito lo que hace al monje. La ropa hermosa tiene valor sólo en caso de que sean puestas en un hombre inteligente.

Yo digo: la primera condición absoluta para adquirir la vida divina es la pureza. Es a ella a quien las almas aspiran, es por ella que oran, es a quien buscan. Desde la primera palabra hasta el final de la Biblia sólo se habla de pureza y santidad. Porque ante el ser humano puro hay infinitas posibilidades. Si los humanos no pueden deshacerse de su impureza, las posibilidades serán inaccesibles para ellos. En el mundo físico, el progreso, la luz, el conocimiento, la fuerza y la libertad existen   según la pureza, pero en el mundo espiritual es según la santidad. Cuanto más santo sean los espíritus, más fuertes ellos serán. En el mundo divino, todo depende del Amor. Cuando desciendes, trabajas sobre las ideas: cumples sus misiones y sirves a Dios, con respeto y amor; cuando asciendes a la cima, adquieres pureza, santidad y amor.

Beinsa Douno

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