¡Llega la hora!

Mantén el ideal de servir a Dios en Espíritu y Verdad.

¡Llega la hora!

Si Dios ha enviado un alma a la Tierra, ella llegará a ser perfecta. Cuando tú alcances la perfección, entrarás al mundo de las almas elevadas. Allí, los Hermanos adelantados te reconocerán como un ser perfecto. Si no alcanzas la perfección, por mucho tiempo estudiarás en la Tierra. Encarnarás y desencarnarás hasta que termines tu desarrollo. La rueda de tu vida girará hasta que alcances la perfección. Sólo mediante la perfección te liberarás de esta rueda. Y quien ama mucho la Tierra, volverá a ella tantas veces, hasta que elija la meta de la perfección. Esta es una ley.

Cristo dijo: «Llega la hora y ahora es, cuando los verdaderos peregrinos reverenciarán a Dios en Espíritu y Verdad». Medita sobre esta frase y mantén el ideal de servir a Dios en Espíritu y Verdad.

                             ¡SED PERFECTOS…!

Tú me preguntas cuál es la nueva manera de trabajar. Te digo que lo mejor es trabajar con un alto ideal; esto es, trabajar como Dios trabaja, sentir y actuar como Él.

Hoy debemos trabajar de una nueva manera; o sea, debemos participar del trabajo divino. Dios trabaja de manera perfecta, y así debemos trabajar nosotros.

Dios tiene infinita paciencia. Nosotros debemos ser pacientes.

Dios es omnisapiente. Nosotros debemos alcanzar sabiduría.

Dios es amor omniabarcante. Nosotros seremos los que aman.

Dios es omnipotente. Nosotros adquiriremos fuerza.

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Dios es aquello que nos impulsa a pensar y a trabajar.

Si has caído de ánimo, Él te elevará.

¿Tú quieres morir? Él te dará impulso para vivir.

Tú no quieres trabajar, pero Dios desde adentro te dice: « ¡Vete a trabajar!»

Yo procuro que mis pensamientos coincidan con los de Dios.

Yo no quiero que el tiempo cambie por mí. Yo debo adaptarme al tiempo que el gran Principio Inteligente ordena.

¿Cuál es el propósito de un discípulo con alto ideal? Éste ha de ser una continua autocorrección y un autoperfeccionamiento sostenido.

Dios es la manifestación continua de la perfección, y el discípulo es la continua rectificación de sí mismo en el camino de la perfección.

Ésta es la interpretación del versículo: «Sed perfectos, como perfecto es vuestro Padre». Así, la humanidad permanentemente corrige su imperfección en el camino de la perfección.         

          La perfección, éste es el más alto ideal.

Beinsa Douno.

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