Para ser humilde.

Lo más sabio es cumplir la voluntad divina.

Para ser humilde.

Es necesario de saber qué pedir de la fuente de toda vida. Lo más sabio es preguntar cómo cumplir la voluntad divina. Esta voluntad es buena y paternal. Quiere que adquiramos conocimiento, amor y poder. A través de la oración, lo ilimitado nos da las condiciones de discernimiento, el impulso necesario para lograrlo. Las Escrituras dicen: «Que se haga la voluntad de Dios.» Esta es realmente la única manera de avanzar.

Para orar bien, uno debe ser capaz de reunirse, tener una disposición interior armoniosa y también continuidad en el pensamiento y en los sentimientos. Sentirás el gozo de un estado mental divino.

La oración es un poderoso estimulante, una nueva fuente de energía. Es un poderoso sosten.

Cada tren, saliendo de una estación, pide a las siguientes estaciones de libre paso para que no haya colisión. También nosotros debemos pedir al cielo el libre paso para las actividades de nuestro día. En tu camino al trabajo, concéntrate un momento, pide la protección de la Luz. Dirija su mirada interior a la gran sabiduría divina y recibirá la ayuda necesaria.

Si estás ofuscado y de mal humor, es porque tu cielo está cubierto de nubes. Levántate pensando en lo más alto de tu mente, dirige tu pensamiento a este Dios de amor y de  luz, a los seres evolucionados, siervos de la vida. Pronto verás un rayo de luz perforando la nube de tu cielo. Esta será la respuesta a tu oración.

El hombre que sigue el movimiento descendente de la involución se enorgullece porque su conciencia conserva la memoria viva de su pasado. Por el contrario, es humilde si sigue el camino   evolutivo, ascendente. A medida que se eleva, ve las alturas que debe superar a través de sus esfuerzos personales en la autoeducación, a través del estudio, el conocimiento y la práctica de la vida real.

Para orar bien, uno debe ser capaz de reunirse, tener una disposición interior armoniosa y también continuidad en el pensamiento y en los sentimientos. Sentirás el gozo de un estado mental divino.

La oración es un poderoso estimulante, una nueva fuente de energía. Es un poderoso sosten.

Cada tren, saliendo de una estación, pide a las siguientes estaciones de libre paso para que no haya colisión. También nosotros debemos pedir al cielo el libre paso para las actividades de nuestro día. En tu camino al trabajo, concéntrate un momento, pide la protección de la Luz. Dirija su mirada interior a la gran sabiduría divina y recibirá la ayuda necesaria.

Si estás ofuscado y de mal humor, es porque tu cielo está cubierto de nubes. Levántate pensando en lo más alto de tu mente, dirige tu pensamiento a este Dios de amor y de  luz, a los seres evolucionados, siervos de la vida. Pronto verás un rayo de luz perforando la nube de tu cielo. Esta será la respuesta a tu oración.

El hombre que sigue el movimiento descendente de la involución se enorgullece porque su conciencia conserva la memoria viva de su pasado. Por el contrario, es humilde si sigue el camino   evolutivo, ascendente. A medida que se eleva, ve las alturas que debe superar a través de sus esfuerzos personales en la autoeducación, a través del estudio, el conocimiento y la práctica de la vida real.

El orgulloso desciende para medir la profundidad de sus imperfecciones, mientras que el ser humilde asciende para descubrir las cumbres de las que brota la luz de la verdad.

Beinsa Douno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *