Polarízate positivamente

El discípulo debe descubrir el origen de sus malestares físicos, emocionales y mentales. Los pensamientos y sentimientos impuros contaminan la sangre. Si se producen perturbaciones mentales como la ira, los celos o la duda, será preciso transformar esos estados negativos para que ellos no operen negativamente sobre la salud. A cada pensamiento o sentimiento negativo se le deben oponer pensamientos y sentimientos positivos, a fin de neutralizar la negatividad.

Recuerda siempre que la tercera ley de la filosofía hermética dice que «todo es vibración». Los pensamientos positivos y elevados tienen más alta vibración que los inferiores y negativos. Si tienes un estado negativo, eleva tus vibraciones y te liberarás de él. Cuídate del temor, del odio, del rencor, de la envidia, de los celos y de toda negatividad, pues todo ello sólo crea venenos para el cuerpo físico, especialmente para la mente y el corazón. No olvides que, muchas veces, las enfermedades son medios educativos utilizados por la Naturaleza.

Para lograr una mayor calidad vibratoria, la alimentación es también muy importante. El discípulo debe ingerir alimentos frescos y puros. Hay alimentos que producen negatividad y otros, por el contrario, son altamente positivos. Comenzarás por el uso correcto de la luz almacenada en las hortalizas y las frutas. La energía de la Naturaleza debe recibirse de su primera fuente y no a través de la carne animal.                                                      

Hay una ley básica en la Naturaleza, según la cual cada ser come el alimento que corresponde a su nivel de desarrollo. El discípulo necesita ser sano para estudiar, trabajar y servir.

Tú, que eres discípulo, ¡cuida el templo de tu alma!

El Camino del Alba. Peter Deunov.

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