Ella sabrá florecer.

Grandes y nobles pensamientos nacerán entonces.

Ella sabrá florecer.

Es suficiente para asentarse en el ejemplo de la naturaleza: exponer cualquier flor en el sol y pronto verá que muestra un verdadero conocimiento. Ella sabrá florecer. Exponer cualquier árbol con los rayos del sol y no sólo florecerá y formará su fruto, también puede llevarlo a madurar mejor y preparar su semilla de una gran manera. Por lo tanto, siempre de acuerdo con la misma ley, si nos exponemos a la luz divina, el conocimiento que ha estado durmiendo en nosotros durante miles de años, comenzara a despertar. ¡No busques más la luz! ¡recíbela! Si le abres tu alma, ella entrará libremente y recreará todo con nuevos métodos que la gente de hoy no conoce aún.

Cuando la luz ilumine nuestros intelectos y profundice en nuestros corazones; cuando envuelva nuestra voluntad por todos lados, la paz reinará entre todas las clases de la sociedad. Todas las protestas y peleas serán tiempo pasado, el abuso de la fuerza y la violencia también serán un recuerdo lejano, una especie de pesadilla del pasado.

Grandes y nobles pensamientos nacerán entonces en el espíritu humano, y veremos la aparición de seres abnegados cuya luz restaurará la salud a todos los enfermos.

Ha llegado el momento en que todo el mundo tiene el deber de vivir de acuerdo con estos altos principios.

Hoy más que nunca, necesitamos una correcta realización de la vida; pero es imposible entenderla si no entendemos el Amor, ese principio augusto del que deriva. Todos los intentos de definirla fuera del Amor fracasan constantemente. La experiencia adquirida en este punto, demuestra en gran medida esto.

Por eso, si no entendemos el Amor divino, cuya vida nació y que le dio todas las condiciones para el crecimiento y el desarrollo, permaneceremos lejos de la realidad de la vida y sólo podremos vagar como resultado de sus sombras. Es sobre el amor y no sobre sus sombras, en el que se basa el instinto de conservación de la raza, las relaciones entre hombres y mujeres, entre padres e hijos, entre sociedades y pueblos.

El amor es y sigue siendo la verdadera base de la vida. Eso es precisamente lo que tenemos que reconocer hoy. Debemos dejar de pensar en la vida desde el punto de vista animal, como una lucha inexorable. Se trata de finalmente captar su profunda esencia, la profunda esencia de la vida, que está en el Amor.

Beinsa Douno.

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