Al Maestro no le gustaba que le hicieran preguntas de índole personal o material. El prefería que le hiciésemos preguntas profundas y el las discutía prontamente. Los temas favoritos de nuestros debates eran: el camino del discípulo, el desarrollo de las fuerzas internas, dones y capacidades de los seres humanos, y las Leyes de la Vida Consciente y sus métodos de aplicación. El Maestro percibía la Vida en su profundidad y totalidad claramente, completamente y con calma. Con palabras y ejemplos simples el respondía las preguntas más complicadas. Una noche, tras concluir con todos los quehaceres del día, nos reunimos a Su alrededor, donde surgió una pregunta acerca de los discípulos.
El Maestro dijo:
Ustedes todavía son niños, y Dios ha creado este gran mundo para que lo puedan explorar. Las mayores bendiciones de Dios todavía están por venir. Lo que ustedes han experimentado hasta ahora es bueno, pero esto no es todavía vuestro propósito.
Nosotros podemos esperar muchos años para lograr aquello que de seamos: el desarrollo de las fuerzas interiores. Esto se puede lograr más, rápido si actuamos de modo Divino. De este modo, el tiempo necesario disminuye.
Los discípulos deben estudiar la Naturaleza e interpretar su lenguaje. Observen las flores, los pastos, los manantiales, la luz. Y cuando hagan esto, eliminen de sus observaciones todas las impresiones que puedan: dañar u oscurecer la consciencia. Cuando realicen estas observaciones, ustedes necesitan eliminar todos los pensamientos, sentimientos e impresiones negativos.
Estudien todo lo que Dios ha creado porque todas y cada una de las piedras son el resultado de la Inteligencia Universal. Los árboles, las flores, el agua, el aire y la luz son manifestaciones de esta inteligencia. Cuando ustedes realicen sus observaciones, piensen en esta· Inteligencia, piensen en lo Divino, porque dondequiera que la vida existe, allí encontrarán la Manifestación Divina. Al aplicar este método, ustedes podrán lograr lo que en una vida ordinaria llevaría mucho más tiempo.
Lo que calma es el Espíritu, la vida espiritual. Aquí se halla la solución para el gran esfuerzo de la existencia terrenal. Lo que oprime y acarrea todo el sufrimiento es la pérdida del Sublime Esplendor, la pérdida del Espíritu.
Las enseñanzas de Cristo son tan profundas que solo pueden ser aplicadas por los místicos. Si ustedes desean aplicarlas, ustedes se enfrentarán a numerosas y diversas tentaciones que tratarán de sacarlos del camino. Una multitud de cosas atractivas les serán ofrecidas a finde obstruirlos.
Como discípulos de la Gran Escuela, ustedes no tienen solamente la tarea de adquirir conocimiento, sino también de desarrollar aquellos órganos que se hallan aun en estado embrionario. Sin el desarrollo de estos órganos, ustedes no podrán evolucionar. Esta tarea es difícil, pero inevitable. El desarrollo de uno de estos órganos incluye el aprender el arte de nadar a fin de ser capaces de mantenerse a flote y no hundirse durante las tormentas en el mar de la Vida. Si ustedes usan las condiciones presentes con sabiduría, los espera un brillante futuro. Si ustedes pierden la oportunidad, ustedes deberán esperar miles de años hasta que las condiciones sean nuevamente favorables.
Beinsa Douno.